viernes 3 octubre 2025 - 23:11
Creencias religiosas de los drusos

Hawzah/ Los «drusos» constituyen una rama derivada del chiismo ismailí que, debido a su marcada inclinación al esoterismo y al secreto, dificulta el acceso a sus enseñanzas y prácticas religiosas.

Según informa un corresponsal de la Agencia de Noticias Hawzah, surge la pregunta de cuáles son las creencias religiosas de los drusos. ¿Se los puede clasificar dentro del islam y del chiismo? Los expertos del Centro Nacional de Respuesta a Preguntas Religiosas han dado una explicación detallada al respecto.

A continuación se presenta dicha respuesta:

Respuesta

Los drusos son considerados una de las sectas esotéricas que expresan sus creencias con gran cautela y reserva, lo que hace difícil acceder a una fuente completa y plenamente fiable sobre el conjunto de sus doctrinas (1). Sin embargo, ciertos acontecimientos políticos y enfrentamientos recientes —como los choques entre los drusos y las fuerzas golaníes en Siria, así como el apoyo que reciben del régimen sionista— han vuelto a despertar el interés de los investigadores hacia este grupo. En este escrito se busca ofrecer una visión más clara sobre sus creencias y su posición social para posibilitar un mejor conocimiento de ellos.

Primer punto: Fundación del drusismo

Aunque existen diversas opiniones sobre el verdadero fundador de los drusos, se los considera una rama del chiismo ismailí. Según una versión, el califa fatimí Al-Hakim bi-Amr Allah, en el año 408 de la hégira, designó a Hamza ibn Ali Zuzani, más tarde conocido como «Darazi», para predicar en el Levante. Éste alcanzó rápidamente influencia y seguidores; pero tras la desaparición o muerte de Al-Hakim, rechazó admitir su fallecimiento y afirmó que se encontraba en ocultación. Esta creencia provocó la separación de los ismailíes, y sus partidarios, debido a su relación con Hamza ibn Ali Darazi, pasaron a ser conocidos como «drusos» (2).

Otra narración atribuye la fundación a Muhammad ibn Ismail al-Darazi, quien en Egipto llamaba a reconocer la divinidad de Al-Hakim bi-Amr Allah. Ante la fuerte oposición de la sociedad, emigró a Siria y continuó allí su predicación. Sin embargo, los propios drusos rechazan esta filiación y se deslindan explícitamente de las creencias de Muhammad ibn Ismail al-Darazi (3).

Segundo punto: Creencias

Algunos investigadores sostienen que los drusos se consideran a sí mismos «monoteístas» y creen en Dios como el «Único» y «Eterno», sin principio ni fin (4). Frente a esto, otra perspectiva afirma que veneraban a Al-Hakim bi-Amr Allah como manifestación de la divinidad, o al menos como expresión de la creatividad divina. Según este punto de vista, Hamza ibn Ali los denominó «monoteístas» porque expresaban obediencia absoluta a Al-Hakim. En esta doctrina, Al-Hakim no muere, sino que permanece oculto y regresará en diferentes épocas (5). Esta idea aparece en algunos escritos atribuidos a Hamza (6), aunque ciertos estudiosos consideran infundada esta imputación (7).

La comunidad drusa se divide en dos categorías principales: los «iniciados» o sabios (uqalā) y los «no iniciados» o comunes (juhhāl). Cada grupo tiene un «shayj» o guía religioso, elegido entre los iniciados, que asume la tarea de predicar y aplicar las normas espirituales entre los suyos (8).

Entre las principales creencias de los drusos destacan:

Metempsicosis: creen en la inmortalidad de las almas, que transmigran de un cuerpo a otro. Afirman que el número de almas es limitado y no se destruye ni aumenta (9). En ciertos textos atribuidos a Muhammad ibn Ismail se dice que «el alma de Adán pasó al Imam Ali y luego a los antepasados de Al-Hakim, hasta encarnarse finalmente en él» (10).

Relación con las religiones anteriores: aunque exteriormente muestran respeto hacia las religiones previas, existen testimonios de que, en su interior, consideran ignorantes a los profetas antiguos y rechazan el islam, el cristianismo y el judaísmo, admitiendo únicamente el monoteísmo de Al-Hakim (11). No obstante, su fuerte esoterismo hace difícil establecer un juicio definitivo sobre la adhesión de todos ellos a esta visión.

La sharía: insisten en virtudes morales como la honestidad, la castidad y evitar la envidia, considerándolas obligatorias; sin embargo, excluyen de sus deberes prácticos la oración, el ayuno y otras normas, interpretándolas en sentido simbólico (12). Así, la «oración» es entendida como la unión del corazón con su señor Al-Hakim; el «ayuno», como la fidelidad interior a su monoteísmo; y la «zakat», como purificación del alma de todo apego excepto la fe en Al-Hakim (13).

Tercer punto: Distribución geográfica y política

En el pasado, los drusos estuvieron presentes en regiones como Líbano, Siria, Kufa, el Magreb e incluso la India (14). Hoy, su principal concentración se encuentra en partes del Líbano, especialmente en Shuf, Jabal Tairán y Wadi Taym, además de Siria y Palestina ocupada (como en la ciudad de Acre) (15). Su centro actual se ubica en la provincia de Suwayda, Siria, donde se encuentra la montaña Haurán, conocida como «Jabal al-Duruz».

Cada comunidad drusa en Líbano, Siria y Palestina ocupada tiene su propio liderazgo, y políticamente adoptan posturas distintas; por ejemplo, algunos drusos en los territorios ocupados reconocen al Estado de Israel y colaboran con él incluso en el ámbito militar.

Cuarto punto: ¿Musulmanes o no musulmanes?

Los drusos no aceptan algunos principios fundamentales del islam, como la resurrección, y en ciertos reportes se mencionan creencias como la divinización, la metempsicosis y la reinterpretación heterodoxa de la sharía; por ello, varios estudiosos musulmanes los consideran fuera del islam. En cambio, otros señalan que, dado que los drusos se presentan públicamente como musulmanes, y que si alguno abandona sus creencias es considerado «excluido del islam» por los propios drusos, este grupo puede clasificarse dentro de las ramas del islam (16).

Conclusión

Los drusos son una rama derivada del chiismo ismailí, cuyo fuerte carácter esotérico y reservado dificulta el conocimiento pleno de sus creencias. Algunos los consideran monoteístas, mientras otros destacan su doctrina sobre la divinidad de Al-Hakim bi-Amr Allah y su creencia en la metempsicosis, lo cual entra en contradicción con la enseñanza islámica. Aunque valoran principios éticos, interpretan las normas de la sharía en sentido alegórico. Por ello, las opiniones sobre su estatus religioso varían: algunos los ubican fuera del islam, otros dentro de sus ramas. En la actualidad están presentes principalmente en Líbano, Siria y Palestina ocupada, con liderazgos autónomos.

Notas

  1. Jafar Subhani, Buhuth fi al-Milal wa al-Nihal, Qom: Mu’assasat al-Nashr al-Islami, [s.f.], vol. 8, pp. 343-344.

  1. Mustafa Ghalib, Tarikh al-Da‘wa al-Isma‘iliyya, Beirut: Dar al-Andalus, [s.f.], p. 224.

  1. Muhammad Farid Wajdi, Da’irat al-Ma‘arif al-Islamiyya, 3ª ed., Beirut: Dar al-Fikr, 1971, vol. 4, p. 27.

  1. Butrus Bustani, Da’irat al-Ma‘arif, Beirut: Dar al-Ma‘rifa, [s.f.], vol. 7, p. 675.

  1. Muhammad Farid Wajdi, Da’irat al-Ma‘arif al-Islamiyya, vol. 4, p. 27.

  1. Muhammad Kurd Ali, Khitat al-Sham, 3ª ed., Damasco: Maktabat al-Nuri, 1403 H, vol. 6, p. 263.

  1. Ibídem, p. 267.

  1. Butrus Bustani, Da’irat al-Ma‘arif, vol. 7, p. 675.

  1. Ibídem, pp. 675-676.

  1. Muhammad Kurd Ali, Khitat al-Sham, vol. 6, p. 264.

  1. Ibídem.

  1. Ibídem, p. 265.

  1. Jafar Subhani, Buhuth fi al-Milal wa al-Nihal, p. 352.

  1. Butrus Bustani, Da’irat al-Ma‘arif, vol. 7, p. 676.

  1. Muhammad Kurd Ali, Khitat al-Sham, vol. 6, p. 268.

  1. Ibídem, p. 267.

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